Ángel, Ramiro, Juan y Gildo intentan cruzar las montañas de la Cordillera Cantábrica con el objetivo de alcanzar la provincia leonesa.
Estos muchachos, procedentes del bando republicano, pretenden huir de la guerra y la amenaza nacionalista.
Para que no les pillen, deciden avanzar entre las oscuras sombras de la noche y esconderse hasta que aparezca los primeros rayos de luz.
En una de las noches antes del amanecer, los soldados descubren una casa en medio de un valle y, como hacía frío, deciden meterse para refugiarse allí. Después de varias noches caminando sin rimbo, los cuatro huidos alcanzan su destino. Desde las colinas que rodean el valle donde viven, los protagonistas miraban el paisaje de su tierra natal.
De repente, Ramiro ve con sus prismáticos a la hermana de Ángel, llamada Juana. Ésta estaba pastando el ganado en uno de los prados del valle. Ángel baja por las colinas para hablar con ella y se da cuenta de su llegada al valle. Por la noche los cuatro soldados se acercan hasta el pueblo (La Llánava); la hermana de Ángel estaba asustada ya que los guardias nacionalistas se habían llevado a su padre al cuartel. Ángel decidió quedarse en el pueblo hasta saber algo de su padre; los demás volvieron a las colinas. Al día siguiente, el muchacho logró ver a su padre, quien le dio
dinero y le advirtió de las persecuciones de la guardia franquista por el valle.
Los cuatros soldados, aconsejados por el padre de Ángel, decidieron instalarse en una mina abandonada.
Gracias al dinero que le había dado compraron comida. Juana cada cierto tiempo dejaba comida cerca para que la recogieran. Este refugio no duró mucho ya que los descubren y tienen que abandonarlo. Más tarde se meten en una cueva excavada por ellos mismos desde donde recorre todo el valle con los prismáticos.
Un día, el joven Juan, que aún no había bajado al pueblo, decide acercarse hasta el valle para visitar a su madre.
Ramiro insistió en acompañarle, pero el muchacho se negó. Pasan las horas y la tardanza de Juan impacientó a Ramiro.
Al amanecer, los protagonistas descubren que el muchacho aún no había vuelto y deciden bajar a buscarlo, pero no pueden hasta que los últimos rayos de sol cedan paso a la noche. Los tres amigos pidieron ayuda al molinero del pueblo quien visitó a la madre de Ramiro para preguntarle por su hermano. Pero el hombre no trajo buenas noticias ya que Juan no había llegado a su casa. Al volver hacia la cueva, cuatro guardias les sorprendieron y dispararon contra ellos.
En medio del tiroteo Ángel lo pegan en la rodilla, pero los tres amigos escapan sin encontrar a Juan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario